Está claro que Roma es una ciudad con gran contenido artístico y de la cual podemos disfrutar ya que está repleta de arquitectura y escultura romana.
He tenido la gran suerte de visitarla, por ello os quiero hablar un poco de la escultura romana, y en concreto, del retrato.
Un retrato es la descripción mediante palabras o representación de una persona.
En este caso estamos hablando de la representación de una persona, mediante la escultura.
Los retratos romanos podían ser de cualquier persona que tuviera dinero para encargarlo. Lo que los romanos querían era la imagen precisa de una determinada persona, aunque esta presentase verrugas o cualquier defecto en su rostro. La escultura retratística romana es realista. Pero, los escultores griegos que trabajaban para los romanos tendían al principio, en el período republicano, a suavizar los rasgos y a "favorecer" al retratado.
Lo podemos ver en un impresionante retrato del primer emperador, Augusto (31a.C-14 d.C).
El "Doriforo de Policleto" era el cénit de la escultura clásica griega y los romanos lo admiraban.
Doríforo
Augusto de Primaporta
En segundo lugar, el Doríforo estaba desnudo, y los romanos eran defensores de la austeridad y puritanismo. Por ello, se vistió a Augusto con armadura y manto.
En tercer lugar, el Doríforo carecía de enfoque y dirección. Los romanos creyeron que esto no era correcto para un emperador y que debía dirigirse a sus súbditos y dominar a los espectadores que tuviera delante. Por ello, lo hicieron con la cabeza levantada y con un ligero giro para mirar hacia adelante y hacia lo lejos, y el brazo derecho levantado en posición de mando.
La estatua se hizo para ser colocada contra la pared, por tanto, sólo se cuidó la visión frontal.
También encontramos, entre otros, el Augusto de Mérida, que sigue la tradición de un rostro suavizado y algo idealizado por la influencia griega.
En este caso, Augusto es representado como Sumo sacerdote, con una toga que le cubre la cabeza, simbolizando el poder religioso mientras que en la anterior aparecía como un general con su coraza y cetro de mando simbolizando el poder militar.
Augusto de Mérida
Con el emperador Vespasiano, a partir del 70 d.C, se termina el clasicismo que originó Augusto y se reaviva el realismo. A Vespasiano le gustaba que le retratasen tal y como era: un viejo y austero general del ejército, por lo que es un retrato muy sincero, sin pudor a la hora de representar cualquier defecto del rostro, sin embellecer absolutamente nada.
En los retratos de la mujer, los cabellos se hacen con la técnica del trépano (hendiduras en espiral que dan la sensación de un rizado y que se usa para los cabellos o las barbas en los hombres), provocando un claroscuro. Representaba la moda femenina del peinado llamado "nido de avispa".
Nido de avispa
Una gran novedad y atrevimiento, en esta época, fue el retrato ecuestre del emperador Marco Aurelio, que influyó en el Renacimiento y en el Barroco.
El arte romano nos ha dejado grandes riquezas que aun conservamos... ¡Hay que disfrutar de ellas!
http://fresno.pntic.mec.es/jpan0004/paginas_merida/museopb.htm
http://legioseptima.blogspot.com.es/2013/03/reconstruyendo-los-peinados-de-la.html
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